lunes, 15 de diciembre de 2014

El copago continua haciendo estragos


Ya hace más de dos años que la Reforma Sanitaria viene poniendo trabas a las personas enfermas para acceder a la sanidad. Además de los 15000 residentes en Aragón que han sido excluidos directamente del sistema, un número indeterminado de personas tienen problemas para acceder a sus medicamentos.

Se estima que el 16% de los jubilados no puede completar su tratamiento (datos de Unión Democrática de Pensionistas). Asimismo, Médicos del Mundo denuncia quereciben llamadas de auxilio de mayores que no pueden pagar sus medicinas. Es el caso de Gabriel, diagnosticado de un cáncer endocrino, precisando de varios fármacos al día. Desde la reforma sanitaria del año 2002, debe abonar el 10% de ellos. Su situación personal (y la de tantos otros), hace que le sea muy difícil seguir su tratamiento, con los perjuicios que conlleva el abandonarlo. El año pasado, desesperado, intentó quemarse a lo bonzo en la sede del IASS en Zaragoza, presa de la angustia a la que le ha llevado esta situación; teniendo que ser reducido por la Policía.

El próximo mes de febrero tiene el juicio que deriva de aquella acción. Mientras, su estado ha empeorado, (ha precisado un largo ingreso hospitalario) y ahora necesita más medicación. Nos hacemos eco de su caso, de su denuncia constante, férreo defensor de la Sanidad Pública, víctima de las políticas de destrucción, de desgaste, de recortes...
Como él, hay muchos otros. Muchas personas no pueden pagar sus medicinas, sus operaciones se retrasan, sus pruebas diagnósticas nunca llegan. Pero mientras, se inyecta dinero público en la banca privada, y el fraude fiscal hace que Hacienda deje pagar el dinero suficiente como para financiar otro sistema sanitario.

Desde la Plataforma contra la Privatización de la Sanidad en Aragón queremos seguir mostrando nuestro rechazo y oposición a estas políticas neoliberales de copagos, recortes y privatizaciones. Las cuales menoscaban el derecho a la Salud, la dignidad de las personas y conducen irremediablemente al aumento de las tasas de mortalidad, tal y como podemos constatar que ha sucedido en otros países, como es el caso de Inglaterra.