martes, 23 de junio de 2020

La patronal de residencias reclama más fondos públicos para "dignificar" los salarios del sector

Noticia de eldiario.es 

Antonio Garamendi y Juan Ignacio Vivas, este jueves.

El presidente de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE), Juan Ignacio Vivas, ha apostado este jueves por "salarios más dignos" en el sector y para ello ha apostado por un incremento de los precios públicos que cobran las empresas en los centros cuya gestión le encomiendan las comunidades autónomas.
"La intención, frente a lo que algunos puedan pensar, no es que las empresas ganen más dinero", sino la "profesionalización del sector" y "dignificar" sus salarios, asegurando a sus trabajadores "empleo estable y de mayor calidad, que yo creo que lo merecen porque en estas circunstancias han estado en primera línea" y "no están pagados como deberían".
Durante su intervención en la Cumbre empresarial organizada por la CEOE, Vivas, presidente de esta patronal de presidencias y a su vez de Ballesol (de la aseguradora Santalucía), ha dicho que "no ha llegado todavía el momento de hacer balance de lo sucedido" en la crisis del coronavirus, pero sí ha expuesto "algunas conclusiones provisionales" de aspectos que convendría revisar, como que los residentes "no reciben una adecuada atención" del sistema de salud y se han convertido "en ciudadanos de segunda clase", una situación "endémica" previa a la crisis del coronavirus.
El directivo, que ha pedido un "pacto de Estado" para abordar la situación del sector, ha reclamado, de cara a un posible rebrote de la pandemia, un sistema de alertas tempranas porque "esto no puede volver a pasar", test masivos para residentes y profesionales, que la Administración cuente con un "stock de seguridad importante" de equipos de protección de seguridad, y mayor coordinación socio sanitaria.
Tras el elevado número de fallecimientos en estos centros, "no hay que buscar culpables" porque "todos lo hemos hecho lo mejor que hemos sabido. Cuando las cuestiones pasan, los que tomamos decisiones siempre cometemos aciertos y errores, pero es muy fácil opinar sobre todo desde el exterior sobre las situaciones que se han vivido, realmente duras. Ningún país está preparado para una pandemia, ni sus servicios sociales, ni sus servicios sanitarios".
El directivo ha pedido huir de la "perspectiva simplista" de concebir como un todo a los 5.500 centros residenciales que existen en España, que cuentan con 390.000 plazas y en los que trabajan 200.000 profesionales de manera directa, con el 75% de las plazas en manos de empresas privadas, de forma directa o bajo concesión. Es un "atrevimiento imprudente" meter a todos en el mismo saco porque "no todas ellas disponen de iguales recursos para hacer frente a circunstancias excepcionales" como esta.

"Ningún tipo de coste"

Uno de los principales grupos de residencias en España es Eulen, cuya presidenta, María José Álvarez, ha intervenido justo antes que el presidente de AESTE, de la que forma parte. Álvarez ha clamado contra una subida de impuestos, como viene siendo la norma durante esta cumbre. "Cuando en estos tiempos se nos habla de subidas de impuestos creo que cualquier empresario y cualquier trabajador no puede evitar mirar con cara de asombro", ha dicho.
"No creemos que sea el momento de regular un incremento fiscal ni en el ámbito personal ni el empresarial", tras tres meses en los que "alrededor del 32% de la población ha agotado sus ahorros". Según la presidenta del gigante de la seguridad privada y los servicios, su sector no puede "asumir ningún tipo de coste" tras las últimas subidas del salario mínimo.

Sin mencionar la reciente aprobación sin votos en contra del Ingreso Mínimo Vital en el Congreso, Álvarez ha asegurado que "muchas de las regulaciones que en este tiempo se han publicado de una manera o de otra no propician el interés por un trabajo formal" y "sería fundamental hacer compatibles las ayudas a los desfavorecidos con el estímulo a encontrar un puesto de trabajo" porque "la economía sumergida no protege al trabajador que no tributa y no cotiza".
Álvarez también ha señalado que "se va a producir una internalización de servicios por parte de la empresa privada y de las administraciones públicas que vuelve a dejar al sector en una situación de incertidumbre muy grave. Este es un sector donde existe la figura de la subrogación y que en caso de la internalización no se activaría salvo en algún caso raro que así lo recoja el convenio. Eso significaría la destrucción de puestos de trabajo de manera muy importante y un coste de desvinculación que las empresas de mala manera podríamos asumir".
Sin mencionar situaciones concretas, la presidenta de Eulen ha dicho que en esta crisis "hemos vivido y seguimos viviendo una época de inseguridad jurídica que en nuestro sector de servicios intensivos en personas nos ha llevado a situaciones realmente insoportables y prácticamente imposibles de adaptar en el tiempo que se nos requería. Es por ello que pedimos no solamente seguridad jurídica sino estabilidad normativa que nos permita adaptar nuestros sistemas a esta regulación".

lunes, 22 de junio de 2020

Video Koiné TV : EL DERECHO A LA SANIDAD. Manifestación en Defensa de la #SanidadPublica #Zaragoza


Castilla y León oculta los datos de muertes por residencias para "no perjudicar los intereses económicos" de las empresas


Orden del Gobierno de Castilla y León negando datos sobre muertes en residencias privadas. 

El Gobierno de Castilla y León considera que “los intereses económicos y comerciales” de las empresas de residencias están por encima del derecho de los ciudadanos a conocer qué ocurrió durante la pandemia en los geriátricos de la región. Así consta en una orden del Gobierno que preside Alfonso Fernández Mañueco (PP), firmada el pasado 3 de junio, en la que se deniega el acceso a la información sobre número de fallecidos en los geriátricos privados de la región, solicitada al amparo de la Ley de Transparencia.

Dicha norma, aprobada en 2013 con el objeto de “ampliar y reforzar la transparencia de la actividad pública”, reconoce el derecho de los ciudadanos a acceder a la información pública. En su artículo 14 establece, no obstante, una serie de límites a ese derecho de forma que una Administración puede negar los datos que le solicitan cuando suponga un perjuicio para la seguridad nacional, la investigación de ilícitos penales o la protección del medio ambiente, entre otros asuntos detallados en una larga lista. Una de esas cuestiones, recogida en el artículo 14.1.h), es que se cause un perjuicio a “los intereses económicos y comerciales”.

A ese artículo es precisamente al que se agarra la Junta de Castilla y León para negar los datos de fallecimientos en las residencias privadas. Entre el 14 de marzo y el 14 de junio, murieron en dicha región 2.587 residentes con coronavirus o con síntomas compatibles con la enfermedad.

En la orden del Gobierno de Fernández Mañueco se explica que los Servicios Jurídicos de la Junta emitieron un informe analizando qué datos sobre fallecimientos en residencias pueden difundirse. Ese dictamen se apoya en el citado artículo 14.1.h), que limita el derecho de acceso a la información para proteger “los intereses económicos y comerciales”, a pesar de que en la misma norma se determina que la aplicación de cualquier límite “será justificada y proporcionada a su objeto y finalidad de protección y atenderá a las circunstancias del caso concreto, especialmente a la concurrencia de un interés público o privado superior que justifique el acceso”.

Pese a que el informe no es vinculante, el Ejecutivo de Fernández Mañueco lo hace suyo y asume las dos conclusiones básicas del mismo:

– La Junta puede proporcionar datos numéricos de personas fallecidas en centros residenciales de titularidad autonómica, con la desagregación que considere oportuna, incluyendo el nivel de cada residencia o centro individualmente considerado.

– Sobre el resto de centros que no sean de su titularidad, incluidos los intervenidos públicamente, sólo podría trasladar la información de fallecimientos de forma agregada, de tal modo que impida una relación de vinculación entre un número de fallecidos y la identificación y localización individual de cada residencia.

De esta forma, para proteger los "intereses económicos y comerciales" de las empresas de residencias, la Junta de Castilla y León no sólo oculta los datos de muertes en geriátricos privados. Tampoco ofrece información sobre las residencias de titularidad pública de las Diputaciones –hay en total 20 en las nueve provincias– o de los Ayuntamientos –existen 158–, ni de aquellas que siendo privadas reciben dinero público para la concertación de plazas, ni siquiera de las que han tenido que ser intervenidas durante la pandemia por el Gobierno autonómico ante la caótica situación que se vivía en ellas.

En realidad, ni siquiera facilita datos desagregados de los 21 geriátricos de titularidad autonómica que operan en la comunidad. Cinco de ellos están gestionados por empresas privadas y, en esos casos, tampoco publica el dato de decesos por centro. Su protección de los "intereses económicos y comerciales" de las empresas llega hasta ese extremo.

Pero, ¿qué intereses son exactamente los que está protegiendo el Gobierno autonómico del PP? Para saberlo, infoLibre explica a continuación quiénes son las principales empresas de residencias que operan en Castilla y León y quiénes son los propietarios de dichas compañías.

COMISIONADO DE TRANSPARENCIA

La orden denegando los datos de fallecimientos por residencias que fue dictada por la Consejería de Familia –cuya titular es María Isabel Blanco (PP)– no es firme en vía administrativa. La legislación establece que cabe una reclamación potestativa ante el Comisionado de Transparencia de Castilla y León. El periodista de infoLibre que realizó la solicitud presentó ya dicho recurso, que fue admitido a trámite por el Comisionado el 19 de junio. Este órgano tiene ahora tres meses para resolver. En última instancia, un ciudadano puede acudir a la jurisdicción contenciosa cuando considere que una Administración ha cercenado su derecho de acceso a la información pública.

En el texto de la reclamación se recuerda que la jurisprudencia del Tribunal Supremo obliga a interpretar de forma "restrictiva" cualquier limitación al derecho de acceso a la información pública (ver STS 3530/2017, de 16 de octubre), se argumenta que la transparencia en un tema de salud pública debe prevalecer frente a los "intereses económicos y comerciales" de las empresas y se denuncia la "discriminación" que supone ofrecer los datos de ciertas residencias de titularidad pública mientras que se ocultan los de aquellos geriátricos de gestión privada.

También se destaca la paradoja de que la Junta asuma que desvelar un alto número de fallecidos en una residencia puede causar un perjuicio a los "intereses económicos y comerciales" de una empresa y no tenga en cuenta su corolario –que la inexistencia de muertes en un centro puede conllevar un beneficio para éste–, lo que permite concluir que la Junta está en realidad velando por los intereses de unas empresas (las que tienen un alto número de fallecidos) frente a otras (las que no sufrieron decesos).

domingo, 21 de junio de 2020

Éxito de la manifestación contra del macrohospital privado y por la defensa de una sanidad pública, gratuita y universal y de calidad

Como uno de los "colectivos en defensa de la sanidad pública" convocantes, valoramos que la manifestación de ayer fue un éxito tanto en asistencia como en coordinación, la cual era indispensable para mantener las medidas de prevención a lo largo de todo el recorrido. En ese sentido, agradecer la gran responsabilidad demostrada por todos los asistentes que, además de manifestar su compromiso con la defensa de una sanidad pública, colaboraron de manera ejemplar en el trancurrir de la manifestación, cuya longitud superaba los 2km. También destacar la pluralidad de colectivos y reivindicaciones que demuestran que queda mucho por hacer y que la lucha debe continuar. Nos encontramos en las calles. 




Ver aquí crónica completa e imágenes de la manifestación publicada por Arainfo Noticias

La primera de las movilizaciones de este sábado ha tenido lugar a las 12.00 horas en Samianigo. En la capital del Alto Galligo un centenar de personas, con mascarillas y manteniendo las distancias de seguridad, se han concentrado dando el pistoletazo de salida a una intensa jornada reivindicativa en defensa de la sanidad y los servicios públicos. Imágenes que se han sucedido a lo largo de la geografía aragonesa donde todas las movilizaciones se han desarrollado bajo un estricto protocolo de prevención realizado por la organización para cumplir con todas las medidas sanitarias y de seguridad.

Ya por la tarde, a las 19.00 horas, arrancaba en Zaragoza la gran movilización del día que ha reunido a miles de personas convocadas por más de 50 organizaciones, asociaciones y colectivos, bajo el lema 'No al macrohospital privado. Por una sanidad pública, gratuita, universal y de calidad', animada por el 'Somos' de José Antonio Labordeta que han hecho sonar en unos altavoces, y al grito de "La sanidad no se vende, se defiende", "Nuestra salud no es un negocio" o "Si nos aplaudiste: ¡Únete!".
La movilización ha sido un éxito en todos los sentidos. Cuando la protesta llegaba a la plaza España, un gran número de personas seguía sin salir en la plaza de San Francisco, casi dos kilómetros de gente llenando las principales vías de la capital aragonesa. La marcha ha recorrido después la calle del Coso, continuando por Las Murallas, para llegar al Ayuntamiento donde se ha procedido a la lectura del manifiesto. "Por un sistema sanitario centrado en las personas. Por una salud que ponga la vida en el centro. Porque la privatización mata y las desigualdades también", han reivindicado.

lunes, 15 de junio de 2020

Colectivos en defensa de la sanidad pública realizan una acción reivindicativa en el solar del macrohospital privado




Este domingo, colectivos en defensa de la sanidad pública -convocantes de la manifestación del próximo sábado 20 de junio- han llevado a cabo una acción de "pintada de pancartas" en el solar donde el Ayuntamiento de Zaragoza pretende construir el macrohospital privado.

Un solar que, siendo un suelo público y calificado como zona verde, ya cuenta con los apoyos necesarios (PP, Ciudadanos y la ultraderecha) para ser recalificado para su edificabilidad y ser vendido, "a precio de saldo, para que a sus empresas amigas les salga el negocio redondo".
Con esta acción, los colectivos, además de manifestar su "rotunda oposición" a este "doble pelotazo" (urbanístico y sanitario), quieren hacer un llamamiento a la manifestación del próximo sábado 20 de junio cuyo lema es 'No al macrohospital privado en Zaragoza. Por una sanidad pública, gratuita, universal y de calidad'.

Consideran, así, que "tan solo la movilización de los principales afectados, profesionales y usuarios de la sanidad pública, puede revertir las políticas privatizadoras y conseguir la sanidad pública que todos y todas necesitamos".

Fuente: arainfo

viernes, 12 de junio de 2020

Manifestación unitaria sábado 20J: “No al macrohospital privado en Zaragoza. Por una sanidad pública, gratuita, universal y de calidad”



La crisis del coronavirus ha destapado la situación del sistema sanitario y socio-sanitario en el Estado español, dando la razón a 20 años de reivindicaciones y denuncias: LAS POLÍTICAS DE PRIVATIZACIÓN Y RECORTES MATAN. Todo ha acabado en un espectáculo dantesco: atención primaria sin medios para contener la epidemia, hospitales colapsados y con recursos insuficientes, profesionales agotados que se han enfrentado a la pandemia en condiciones lamentables y obligados a elegir a quién intentaban salvar la vida por falta de respiradores, residencias de ancianos donde los infectados y las muertes sin atención han sido la tónica general, centros de menores, salud mental, cárceles y CETIs de los que ni se habla. Los datos hablan por sí mismos: las CCAA más afectadas durante la pandemia son aquéllas donde la sanidad ha sido más recortada y privatizada.

Todo esto tiene responsables: los partidos políticos que aprobaron la Ley 15/97 para introducir los “nuevos modelos de gestión” que abrían las puertas a la empresa privada, que desde entonces han mantenido todos los gobiernos de turno y que el actual gobierno sigue manteniendo. Por eso exigimos su inmediata derogación. Aquellos sindicatos que no han defendido el interés general. Las empresas y fondos de capital riesgo que se han hecho negocios millonarios con estas privatizaciones. Los jueces que no han visto ningún problema en las leyes que desmontaban la sanidad… y una parte población que guardamos silencio mientras todo esto ocurría, pensando que no nos afectaba. Hoy la realidad es muy distinta. Todos y todas hemos perdido o conocido a alguien que ha muerto por falta de asistencia o deficiencias en la atención. Ya es hora de pasar de los aplausos a exigir nuestros derechos.

No podemos volver a la normalidad porque la normalidad era el problema. Los de siempre querrán hacer tabla rasa y volver a la situación previa, con el sistema de salud desmantelado. En junio de 2019, según cifras oficiales convenientemente maquilladas, casi 700.000 personas esperaban cita para una intervención quirúrgica y 2.400.000 esperaban la primera consulta con el especialista. Mientras tanto, seguros y centros privados (esos que desaparecieron durante la pandemia y ahora reclaman contrapartidas económicas), no han parado de crecer y hacer caja a nuestra costa. Queremos que el dinero se invierta en interés de todos y todas, en nuestro beneficio y para la atención que todos y todas merecemos. Y sabemos que hay dinero. Lo que no ha habido es voluntad política para defender a la gente y molestar a los fondos de inversión, a la industria militar, a las fuerzas armadas, a la corona y sus comisiones, a las corporaciones energéticas, constructoras, financieras … que parasitan todos y cada uno de nuestros derechos, a sus crímenes, sus chantajes y sus paraísos fiscales. Ocurrió con la estafa de la crisis anterior y no puede volver a ocurrir ahora.

Por eso no queremos “su” normalidad: porque esa normalidad incluye una legislación racista que expulsa a miles de personas sin acceso a una asistencia sanitaria en igualdad de condiciones, donde la ley de extranjería prevalece sobre el derecho a la salud; porque también significa eludir la responsabilidad de dar unos cuidados dignos a quienes lo necesitan, dejando a nuestros seres queridos en manos de empresas que ahorran en lo esencial y explotan a sus trabajadoras porque el beneficio económico es su único objetivo. Aragón es un buen ejemplo: el 89% de las muertes por covid-19 se han producido en residencias de ancianos.

Sin embargo, lejos de avergonzarse y tomar medidas para reforzar el sistema público en nuestro territorio, el Ayuntamiento de Zaragoza se ríe en nuestra cara anunciando la construcción de un macro-hospital privado en la ciudad: un “pelotazo” especulativo entre Ayuntamiento y empresas para seguir haciendo negocio con nuestra salud. Intentan estafarnos otra vez. Fortalecer la sanidad pública es dotarla de personal suficiente, recursos e instalaciones íntegramente públicos (tanto en financiación, propiedad, en provisión y en gestión de servicios), garantizar la asistencia a toda la población y derogar la legislación que la expone un derecho universal a la especulación y al negocio privado.

No queremos promesas de blindaje en la Constitución, ni elaboración de libros blancos para “reconstruir la sanidad”, ni presencia en Comisiones parlamentarias de aquellas personas que nos han llevado a esta situación. Este es un problema de todos y todas. Este es el momento y la responsabilidad es nuestra. Estamos obligados a salir a la calle. No un día, ni dos, sino todos los necesarios para obligarles a paralizar las privatizaciones, revertir lo ya privatizado, expulsar el ánimo de lucro de la atención sanitaria, garantizar la atención a todas las personas en igualdad de condiciones, sin excepciones ni requisitos, y establecer un sistema digno para el cuidado de nuestros mayores.

Por un sistema sanitario centrado en las personas. Por una salud que ponga la vida en el centro. Porque la privatización mata y las desigualdades también.


1. No a la construcción del macro-hospital privado en Zaragoza. Exigimos la paralización inmediata de los trámites de la venta de suelo público para su instalación y la desautorización del Gobierno de Aragón.

2. Derogación de la ley 15/97 y del artículo 90 de la Ley General de Sanidad, que legalizan la privatización y los conciertos. Vuelta a manos públicas de todo lo privatizado. Incompatibilidad absoluta público-privada. Nunca más dinero público a la privada: ni contrapartidas ni subvenciones. Fuera las empresas de la sanidad.

3. Por una industria sanitaria y farmacéutica pública.

4. Sanidad gratuita y universal: salud para todos y todas, sin requisitos ni excepciones. Exigimos la Derogación del Decreto 16/2012, que nos devuelvan el derecho que nos ha sido robado.  

5.- Potenciación de la Atención Primaria: por un modelo de prevención y promoción de la salud colectiva.

6. Investigación de las muertes producidas en las residencias y asunción de responsabilidades. Cuidados de nuestros mayores con dignidad. Servicios sociosanitarios 100% públicos.

7. Por una salud pública centrada en “los determinantes sociales”: la privatización mata, las desigualdades también.


Con nuestra salud ni se juega ni se negocia

Por una sanidad pública, gratuita, universal y de calidad

No al macrohospital privado


“Colectivos en defensa de la sanidad pública” convocantes:

domingo, 7 de junio de 2020

Más de medio centenar de colectivos convocarán la manifestación del 20J


Reunidas en la tarde de ayer, en el parque Delicias, más de cincuenta entidades y organizaciones vecinales, sociales, sindicales y políticas de Zaragoza decidieron convocar de manera conjunta, como “colectivos en defensa de la sanidad pública”, una manifestación unitaria, multitudinaria y plural el próximo sábado 20 de junio, a las 19h, bajo el lema “No al macro-hospital privado. En defensa de una sanidad pública, gratuita, universal y de calidad”.

La crisis del Covid-19 ha destapado la grave situación del sistema sanitario y socio-sanitario en el Estado español, dando la razón a nuestras reivindicaciones durante los últimos 20 años: las políticas de privatización y los recortes matan. Con la progresiva eliminación de derechos se han plasmado en medidas de emergencia que han parcheado la exclusión del derecho a la salud para miles de personas, una atención primaria sin medios para contener la epidemia, hospitales colapsados y con falta de recursos, profesionales que se han enfrentado a la pandemia en condiciones lamentables o residencias de ancianos en las que contagios y muertes han sido la tónica general.

Todas nuestras exigencias, a las que se suma nuestra indignación por el reciente anuncio de otro “pelotazo” especulativo entre el Ayuntamiento de Zaragoza y las empresas que mercadean con nuestra salud, se recogerán en un manifiesto firmado por todos los convocantes.

Este 20 de junio vamos a dejar claro que no vamos a consentir que desde el consistorio se implante en Zaragoza el modelo sanitario de Zaplana, Camps y la Gürtel. No vamos a permitir que desde el ayuntamiento se deje nuestra salud en manos de empresas como Ribera Salud, que ha tenido que salir a la carrera y por la puerta de atrás del hospital de Alzira, dejando un agujero millonario en las arcas públicas y una gestión catastrófica.

Fruto también de esa reunión es la creación de una “comisión de prevención” que, bajo la supervisión y el asesoramiento de profesionales sanitarios, realizará un protocolo de prevención y garantizará el cumplimiento de todas las medidas de prevención necesarias durante el recorrido de la manifestación – que marchará desde el hospital Miguel Servet hasta la Plaza del Pilar, frente al Ayuntamiento de la ciudad, siempre por avenidas amplias, en desfile por columnas, que permitan mantener la distancia física entre los asistentes.

Colectivos en defensa de la sanidad pública
5 de junio de 2020

miércoles, 3 de junio de 2020

Ribera Salud: del pelotazo valenciano al pelotazo en Zaragoza




En otro capítulo del “pelotazo sanitario”, hoy se presenta un nuevo candidato a la licitación para el macro-hospital privado: nada más y nada menos que el Grupo Ribera Salud, empresa concesionaria que gestionó el hospital de Alzira de la Comunidad Valenciana entre 2003 y 2018, ese que fundó el “modelo Alzira” como paradigma de la privatización sanitaria.

En una carta dirigida al concejal de Urbanismo, el consejero-delegado del grupo Ribera Salud Alberto de Rosa afirmaba: "contamos con más de 20 años de experiencia a nuestras espaldas, habiendo desarrollado un modelo de gestión propio que, en colaboración con la administración pública, ha alcanzado excelentes indicadores asistenciales y de calidad". Así es. Hagamos memoria para repasar esas dos décadas de experiencia en la aplicación de ese modelo.

En 1997 se aprobó la Ley 15/97 “de Nuevas formas de gestión en el SNS”, que abría las puertas a nuevos modelos de gestión, tanto directa como indirecta, situándose en esta última la concesión administrativa. Dos años después, en 1999, la Comunidad Valenciana inauguró el hospital de la Ribera (Alzira), primer hospital “modelo concesión administrativa” del estado.

Eduardo Zaplana, entonces presidente de la Comunidad Valenciana, impulsó este modelo de privatización sanitaria, luego desarrollado por sus sucesores Francisco Camps y Carlos Fabra. Todos acabaron condenados por su implicación en el caso de corrupción de Gürtel.

El hospital de Alzira fue adjudicado a un grupo de empresas privadas, la UTE Ribera Salud (entonces Adeslas, Bancaja, CAM, ACS-Dragados y Lubasa), que construyó el hospital con una inversión final de 72 millones de € (frente a los 41 millones anunciados) para su explotación por un período de 10 años, pasados los cuales el hospital revertiría al sector público. Durante el primer año recibiría 204 € por habitante. Tras cuatro años de pérdidas y ante el fracaso del experimento, la consellería valenciana decidió extinguir el contrato y “rescatar” el hospital abonando a Ribera Salud 43,9 millones de euros del presupuesto público. A continuación, la Consellería Valenciana de Sanidad convocó un nuevo concurso de gestión sanitaria de la comarca, ampliando el paquete con 13 centros de salud de atención primaria y mejorando las condiciones económicas para la empresa adjudicataria: se elevó el pago por persona a 379 € por habitante y año y se alargó el periodo de concesión a 15 años prorrogables por otros 5. La concesión volvió a recaer en la misma UTE que le había hecho fracasar, ¡Ribera Salud! A partir del 2003, con las nuevas condiciones, los accionistas de Alzira comenzaron a repartirse las ganancias hasta la finalización del contrato en 2018. El gobierno valenciano vendió la operación como un “rescate” para recuperar los servicios privatizados, pero no fue más que una no-renovación de la concesión a fin de contrato.

El “modelo Alzira” gestionado por Ribera Salud (que también ha gestionado los centros de Manises, Torrevieja, Elche y Denia) supuso una merma en las condiciones laborales de los profesionales sanitarios, una pérdida en la calidad asistencial y un desfalco de 7.500 millones de euros a la Generalitat Valenciana.

El tipo de modelo de gestión sanitaria que propone el Ayuntamiento de Zaragoza supone un mayor coste para las arcas públicas y un empeoramiento de las condiciones laborales y de salud de la población. Es el negocio de unos pocos en perjuicio de la mayoría. Mostremos unidos trabajadores/as y usuarios/as de la sanidad, en la manifestación del sábado 20 de junio, nuestra rotunda oposición a la construcción del macrospital privado en nuestra ciudad.

3 de junio de 2020

Plataforma Contra la Privatización de la Sanidad de Aragón.