Texto de la Asamblea por la creación de un ambulatorio y una farmacia sociales, publicado hace unos días en varias páginas web.
Vivimos y actuamos en los barrios (del centro de Atenas) de la plaza de la Victoria, de San Pantaleón y de la plaza Vathi desde hace cuatro años y medio. En este período se ha hecho mucho trabajo: Nos hemos encontrado con cientos de personas, hemos reconectado el suministro eléctrico en decenas de casas, hemos organizado actividades y marchas auto-organizadas, hemos participado de manera muy activa en la red de asambleas barriales que se ha extendido por toda Atenas, nos hemos encontrado con los sindicatos de base en las luchas obreras, hemos hecho intervenciones en escuelas, hemos organizado fiestas para los niños. Y durante los últimos meses, junto con muchas colectividades, hemos repartido miles de raciones de comida y de artículos de primera necesidad a los refugiados que se han instalado en la plaza de la Victoria.
Ha llegado el momento de salir adelante. Por eso, durante el último mes nos hemos encontrado con médicos, en el marco de la propuesta para la creación de una estructura de sanidad auto-organizada en nuestros barrios [1]. No obstante, a pesar de que fueron encontrados el lugar (espacio) y los médicos, y el ambulatorio técnicamente está listo para funcionar desde principios de enero (y la farmacia un poco más tarde), esto no es suficiente para nosotros. Necesitamos, queremos, soñamos con una estructura social de salud completa en nuestro barrio, en la cual participemos todos juntos. No sólo con respecto a las cuestiones prácticas (su organización, su funcionamiento, la recolecta de medicamentos), sino también porque no tenemos la intención de dejar a nadie solo frente a la enfermedad y la muerte. Porque tenemos rabia por lo que está sucediendo, porque no soportamos más un sistema de sanidad que nos mata, porque antes de que los hospitales echen a una persona más a la calle, nosotros estaremos frente a ellos.
Ya es tiempo de que no esperemos nada a los de arriba. Con los hospitales disueltos, sin técnicos, material reciclable, equipamiento de laboratorio, con los médicos y los enfermeros agotados, al borde de la desesperación. Con los medicamentos cada vez más caros y no asequibles, y que para conseguirlos se requiere (incluso para los afortunados que tienen seguridad social) cada mes más dinero que el del sueldo inexistente o la pensión de miseria. Y sobre todo, con tres millones de personas sin seguridad social, sin ninguna atención médica y farmacéutica, totalmente abandonadas en su debilidad, en la enfermedad y la muerte. ¡ El Estado mata! Literal y totalmente, en una guerra contra nuestras vidas, que tiene nombre: Guerra de clase.
Ha llegado el momento de contestar. De la manera más agresiva.
Asamblea por la creación de un ambulatorio y una farmacia sociales
