Los pasados 24 y 25 de octubre se celebraba en el Paraninfo de la
Universidad de Zaragoza el 2º Congreso nacional de Compra Pública Innovadora en
Salud, organizado por la Cátedra IACS de Compra Pública de Innovación en Salud.
Bajo el nombre de Compra Pública de Innovación se recogen diversas
actuaciones administrativas cuyo principal objetivo es reforzar el papel de las
administraciones públicas como impulsoras del mercado de la innovación para, estimulando
la cooperación público-privada, activar el crecimiento económico y mejorar la
competitividad empresarial – tal y como rezan las guías autonómicas
desarrolladas para su implantación. La Sanidad Pública financia así la
investigación y la compra de bienes y servicios novedosos a las empresas privadas,
dándoles acceso a los presupuestos públicos para mejorar sus oportunidades de
negocio. A la vez, curiosamente, las instituciones públicas van abandonando su
inversión en I+D.
La denominación de compra pública innovadora hace referencia, en general, a
dos modalidades de actuación: compras comerciales y compras pre-comerciales.
- Las Compras Comerciales (CPI, CPTI), por las que la administración sanitaria compra algo que no existe, están a punto de llegar o empezando a introducirse en al mercado. Eso exige un desarrollo de I+D que se paga con el contrato. En este caso, la administración juega el papel de primer cliente de estos nuevos productos o servicios para “abrir” el mercado y facilitar que las empresas puedan escalar la producción y la comercialización.
Este mecanismo de financiación, de clara orientación neoliberal, ha sido
diseñado desde la Unión Europea para que los gobiernos adecúen el marco
jurídico para su desarrollo (en el caso del estado español, entre otras, la Ley
de Economía Sostenible de 2011 para incorporarse posteriormente en el Texto
Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público y la legislación
autonómica). Así pues, estamos ante una nueva fórmula diseñada por el mercado
para la descapitalización de la sanidad pública, el saqueo de dinero público
por las empresas tecnológicas multinacionales y el abandono del modelo de salud
comunitaria basado en promoción, prevención y Atención Primaria, en beneficio
del uso intensivo de tecnologías. La estrategia de promover la innovación
tecnológica con el dinero de la Sanidad Pública supone otro preocupante giro
hacia la desaparición de un sistema sanitario público universal, gratuito y equitativo.
En el caso de Aragón hay cuatro proyectos en marcha bajo esta modalidad,
entre ellos el “Servicio Inteligente de Gestión y producción de Lavandería y
lencería del Hospital Clínico de Zaragoza”, que acaba de ganar la primera
edición de los Premios Amparo Poch (celebrada en mencionado congreso). Estos
premios pretenden “reconocer el esfuerzo de las instituciones públicas por
implantar el uso de la Compra Pública de Innovación”. Madre mía, si Amparo Poch
levantara la cabeza.