Los diagnósticos de tumores vinculados al trabajo cuestan 155 millones y
apenas se reconocen oficialmente, según un estudio encargado por Sanidad.
Es difícil, a menudo imposible, determinar la causa exacta de un cáncer. En
el entorno laboral, algunos trabajadores están expuestos a ciertas sustancias
que pueden contribuir a la formación de tumores: desde el amianto hasta la
radiación solar. El último estudio sobre este asunto, presentado en el pasado
congreso de la Sociedad Española de Epidemiología, estima que en un solo año el
cáncer ocupacional cuesta al Sistema Nacional de Salud más de 155 millones de
euros.
El informe, que fue encargado por el Ministerio de Sanidad y todavía no ha
sido oficialmente publicado, calcula que en 2015, último ejercicio del que
había datos oficiales, se produjeron más de 16.600 ingresos hospitalarios (casi
un 4% del total) y más de 10.100 atenciones ambulatorias especializadas por
tumores relacionados con el trabajo. Esto contrasta con el ínfimo número de
casos reconocidos oficialmente: 23, ese mismo año, según el sistema Cepross
(Comunicación de Enfermedades Profesionales en la Seguridad Social).
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