Comunicado de la Plataforma Contra la Privatización de la Sanidad en Aragón:
Su negocio
aumenta asfixiando la sanidad pública
Una sanidad pública gravemente debilitada a golpe de recortes y
privatizaciones se enfrentó a la pandemia a base de exprimir a sus
profesionales y exigir sacrificios a quienes iban poniendo el sufrimiento y los
muertos. Las consecuencias de décadas de políticas para el desmantelamiento se
silenciaron. La excepcionalidad justificó el escándalo de los miles de muertes
en las residencias, los colapsos en UCIs, el desamparo de la atención primaria
y la falta de personal y recursos en hospitales. Nos mantuvieron sumisos
convirtiendo a explotados en “héroes” y a los desposeídos en sacrificios
colaterales pero, tras estos meses, la sanidad pública se asfixia y la situación
es indefendible. No es que no aprendan, es que no les importa.
La situación es estructural, también en Aragón: centros de salud
desbordados que triplican la atención a 90 pacientes diarios y acumulan una espera
de hasta 15 días para obtener cita. Centros hospitalarios donde no se ha
reforzado personal ni medios y se sigue manteniendo a trabajadores agotados y
encadenando contratos basura; residencias donde se han aprovechado las muertes
para re-computar las ratios y despedir a parte de la plantilla; personas a las
que se les ha vuelto a retirar el derecho a la atención sanitaria; instalaciones
infrautilizadas esperando el momento para a ser externalizadas, listas de
espera en máximos históricos y la consejería de salud resolviendo a golpe de
derivaciones a la privada; se siguen desoyendo las reivindicaciones de las
zonas rurales del territorio aragonés, donde la incomunicación agrava la
problemática y la población no cuenta con los servicios de atención necesarios
(casos vergonzantes como la infrautilización del Hospital de Jaca, del que sus
pacientes no pueden servirse y tienen que desplazarse hasta Huesca o incluso hasta
Zaragoza para recibir los tratamientos de radioterapia/quimioterapia); la
población de Teruel y Alcañiz sigue
esperando los hospitales prometidos, mientras la construcción de un
macrohospital privado se resuelve en unos pocos meses. La situación es grave y
ahora el riesgo es sufrir cualquier patología o enfermedad crónica, pues no
están pudiendo ser atendidas.
Este abandono contrasta con los esfuerzos destinados a seguir engordando
los beneficios del sector privado sanitario y sociosanitario durante estos
meses: ingentes cantidades de dinero público que, antes y durante la pandemia, han
sido desviados a residencias privadas, las cuales además, siguen gozando de
impunidad. Nadie responde por los centenares de muertes producidas en sus
centros; externalización de las pruebas diagnósticas (PCRs) mediante cheque de
1,2 millones de euros extendido por la DGA; un Acuerdo Marco firmado en
septiembre por la consejería de sanidad, en el que se destinarán 31,4 millones
a empresas para derivaciones durante los próximos cuatro años o, como máximo
exponente de la desfachatez, el avance del proyecto de la construcción del
macrohospital privado en Zaragoza. La aprobación en verano de la recalificación
del suelo público ha dado paso este mes de octubre a la recepción de las
propuestas para su licitación. Vendido por su impulsor como un proyecto para
“fortalecer la red sanitaria y crear puestos de trabajo” supone, en realidad,
uno de los mayores proyectos especulativos de los últimos años: venta de suelo
público a precio de saldo, intención declarada del abandono de la sanidad
pública y contribución a la creación de trabajo precario en el sector
sanitario. Ante la impasividad del Gobierno de Aragón, Azcón juega a las mafias
con sus amigos empresarios, pasando por encima de las necesidades reales de la
sanidad pública y, por tanto, de la mayoría de la población.
Como telón de fondo, grandes lobbies del sector, gobierno y PP acuerdan un
pacto para reestructurar la sanidad pública. Su intención es intensificar la
estrategia para la privatización del sistema nacional de salud: consolidar la
colaboración público-privada para la provisión de servicios e implementar la
gestión empresarial en los centros, supeditando la salud a puros criterios
economicistas. Paralelamente el sector privado se frota las manos esperando su parte de las partidas europeas del Covid destinadas a sanidad.
La sanidad pública está amenazada de muerte en un escenario donde las
condiciones sociales de la población son un caldo de cultivo para diferentes
tipos de enfermedades: centenares de miles de trabajadores al paro, desahucios,
pensiones e ingresos que no alcanzan para una vida digna… Vivienda, alimento,
suministros, salud y educación cada vez menos accesibles para cualquiera. Cada
vez más pobreza y sufrimiento repartido entre los de siempre: trabajadores y
trabajadoras. Nos podemos indignar, pero no será suficiente. Podremos culpar a
los que están peor, pero nos estaremos engañando. Hay responsables: poderes
políticos y económicos en connivencia para seguir explotando, gestionar la
miseria y mantener el orden. Es vital identificar a los responsables y reaccionar
a su agresión.
1. No a la construcción del macro-hospital
privado en Zaragoza. Exigimos la paralización inmediata de los trámites de
la venta de suelo público para su instalación y la desautorización del Gobierno
de Aragón.
2. Derogación de la ley 15/97 y del artículo 90 de la Ley General de Sanidad, que legalizan la privatización y los conciertos. Vuelta a manos públicas de todo lo privatizado. Incompatibilidad absoluta público-privada. Nunca más dinero público a la privada: ni contrapartidas ni subvenciones. Fuera las empresas de la sanidad.
3. Por una industria sanitaria y farmacéutica pública.
4. Sanidad gratuita y universal: salud para todos y todas, sin requisitos ni excepciones. Exigimos la Derogación del Decreto 16/2012, que nos devuelvan el derecho que nos ha sido robado.
5.- Potenciación de la Atención Primaria: por un modelo de prevención y promoción de la salud colectiva.
6. Investigación de las muertes producidas en las residencias y asunción de responsabilidades. Cuidados de nuestros mayores con dignidad. Servicios sociosanitarios 100% públicos.
7. Por una salud
pública centrada en “los determinantes sociales”: la privatización
mata, las desigualdades también.
Con nuestra salud
ni se juega ni se negocia
Por una sanidad
pública, gratuita, universal y de calidad
No al macrohospital privado