En el año 2009, el entonces consejero de Sanidad, Juan José Güemes privatizó los análisis clínicos de los seis nuevos hospitales. Desde ese año los médicos empezaron a sufrir problemas puntuales, retrasos en los resultados, pruebas que no se correspondían con las que habían solicitado e inclusos algunos análisis que tuvieron que repetirse porque después de meses de espera las pruebas ya no eran útiles, según figura en los partes de incidencias a los que ha tenido acceso la Cadena SER. La Gerencia del laboratorio estaba al tanto de estos problemas, pese a ello, la Consejería de Sanidad no ha sancionado a las empresas privadas que gestionan este servicio. La Comunidad de Madrid está obligado a ello, según se explica en el pliego de condiciones de la adjudicación de ese servicio.
El problema se arrastra desde hace cuatro años, fecha en la que se puso en marcha el Laboratorio Central del Hospital Infanta Sofía, un laboratorio público, pero que está gestionado por una UTE (Unión Temporal de Empresas), formada por el Laboratorio Balagué y BR Salud.
Desde su inicio, en el año 2009, los propios médicos que han trabajado directamente con estas empresas privadas han remitido a los máximos responsables todo tipo de cartas, mails, y partes de incidencias en las que advierten de la gravedad de los problemas que están sufriendo, principalmente, "retrasos injustificados con consecuencias muy graves", dicen en estos documentos a los que ha tenido acceso la Cadena SER.
El problema se arrastra desde hace cuatro años, fecha en la que se puso en marcha el Laboratorio Central del Hospital Infanta Sofía, un laboratorio público, pero que está gestionado por una UTE (Unión Temporal de Empresas), formada por el Laboratorio Balagué y BR Salud.
Desde su inicio, en el año 2009, los propios médicos que han trabajado directamente con estas empresas privadas han remitido a los máximos responsables todo tipo de cartas, mails, y partes de incidencias en las que advierten de la gravedad de los problemas que están sufriendo, principalmente, "retrasos injustificados con consecuencias muy graves", dicen en estos documentos a los que ha tenido acceso la Cadena SER.
¿Por qué hay retrasos?
El Laboratorio Balagué enviaba hasta ahora (antes de vender su parte a Unilabs) a Barcelona todas las pruebas que no se pueden realizar en el Laboratorio Central del Hospital Infanta Sofía, es decir, pruebas poco frecuentes, o poco demandadas, pero muy importantes, porque se trata de pruebas genéticas para descartar enfermedades muy graves. El problema de enviarlas a 620 kilómetros de Madrid, es que se multiplica notablemente el tiempo de respuesta, según han explicado a la Cadena SER varios médicos directamente relacionados con este servicio.
"Había todo tipo de retrasos, inclusos en pruebas rutinarias de bioquímica, por ejemplo, en pruebas de citratos, pruebas que tenían que tardar una semana, no llegaron en meses", según estas fuentes.
Situación grave
Uno de los casos más graves, se da en mayo del año pasado. Los médicos se enteraron de que el Laboratorio Balagué se había quedado sin reactivos (un elemento indispensable para realizar los análisis). Eso provocó que varias pruebas, algunas incluso muy dolorosas como las punciones lumbares tuvieron que repetirse porque las muestras para extraer "líquido encefaloraquideo" ya no eran útiles después de tantos meses de espera.
Otro ejemplo. Un mes después. En junio de 2012 se abrió otro parte porque una paciente con leucemia, no tenía los resultados después de seis semanas, pese a que debería tenerlos. Su médico advirtió a la dirección del Laboratorio Central que ese retraso "pudo conllevar la muerte de la paciente porque la demora pudo llevarles a fallar en su diagnóstico y tratamiento".
Estos problemas se han repetido puntualmente durante cuatro años. En otros partes, los médicos, por ejemplo, denuncian que ha habido pruebas que "no se correspondían con las que se pidieron, muestras que se han degradado (han dejado de ser útiles) u otras que directamente ni se han llegado a realizar".
Los fallos que se han detectado en todo este tiempo han afectado principalmente a las pruebas no rutinarias, el resto, según las fuentes consultadas sí han funcionado con cierta normalidad.
¿Se ha hecho algo para resolver esta situación?
Desde hace cuatro años los médicos vienen denunciando esta situación. "Todos estos problemas se reportaron a la dirección de la UTE, pero no hicieron nada para solucionarlo", nos cuentan varios médicos. "La Consejería de Sanidad tampoco no ha hecho nada", el motivo que alegan desde la Comunidad de Madrid es que "no están al tanto de estos casos". Lo desconocen, pese a que la gerencia del laboratorio sí estaba informada de estos problemas por los propios médicos.
Según el pliego de condiciones, la Comunidad de Madrid debería haber sancionado a las dos empresas privadas que gestionan este laboratorio público por no haber respetado los plazos de entrega de los análisis. Eso supone una "falta grave", sancionada con hasta 90.000 euros de multa. Sin embargo, según admiten a la Cadena SER la Consejería de Sanidad, y fuentes muy próximas al laboratorio, en cuatro años nunca se ha multado a este centro, pese a tener documentadas varias incidencias muy graves.
Dimisión
Otra prueba más de la complicada situación que se ha vivido en este tiempo es que el destinatario de todas estas quejas que hemos relatado, el director por entonces del Laboratorio Central, Antonio Ballesta dimitió. Y lo hizo, según los médicos que trabajaban con él, "porque no encontró apoyo de los gerentes del laboratorio para resolver esos problemas".
Ahora Unilabs se ha hecho con este servicio, la Cadena SER ha contactado también con esta compañía, nos reconocen que están al tanto de todos estos problemas "precisamente con nuestra llegada estamos trabajando ya para subsanarlos".