No hay
pandemia que les detenga. Antes de dar fin a la emergencia sanitaria, el
Ayuntamiento de Zaragoza ha tenido la desfachatez de anunciar la venta de 20.000
metros cuadrados de suelo público para la construcción de un macro-hospital
privado. La subasta comienza con un precio de salida de entre 12 y 15 millones
de euros. Los primeros en mostrar
interés: la multinacional Quirón y el Opus Dei. En este caso, no sabemos quién
es el favorito para la licitación, pero sí sabemos que el Grupo Quirón hace
tiempo que muestra su interés en aumentar su negocio en Zaragoza (recordemos su
intento en 2016 de comprar la parcela anexa a la Romareda, que hubiera
duplicado la superficie actual de sus dos clínicas) ¿Quizá en esta ocasión las
alianzas sean más propicias?
El terreno en
cuestión, situado en la confluencia de Gómez Laguna con Vía Hispanidad, está
calificado como zona verde. Para su recalificación (para hacerlo “edificable”) será
necesaria una mayoría del pleno que modifique el Plan General de Ordenación
Urbana (PGOU). La ultraderecha ya ha mostrado total apoyo a la licitación. Ahora
toca ver cómo, en los próximos meses, se desarrolla el juego entre poderes
políticos y económicos en un escenario que cuenta con todos los ingredientes para
un buen “pelotazo sanitario”.
El
consistorio, en manos de PP-Cs, encubre la operación económica diciendo que supondrá
la creación de puestos de trabajo, el alivio de las arcas municipales y la ampliación
del número de camas y de la red sanitaria aragonesa. Intentan engañarnos de
nuevo. El fortalecimiento de la sanidad pública pasa irremediablemente por una
dotación suficiente en personal, recursos e instalaciones íntegramente públicos
(tanto en financiación y propiedad como en provisión de servicios), la garantía
de asistencia a toda la población y la derogación de la legislación que la
expone a la especulación y al negocio privado. Esto ya era una evidencia antes
de la pandemia. Tras el sufrimiento vivido con la crisis sanitaria, no queda lugar
para la duda. No es que no hayan aprendido la lección, es que la lección no les
importa.
Este anuncio muestra
que los intereses económicos van a seguir marcando la definición de políticas
en materia de sanidad. Como afirmaba el concejal de urbanismo Víctor Serrano,
la intención es atraer inversiones y convertir a Zaragoza en referente de “un
escaparate de ciudades capaces de acoger nuevos proyectos sanitarios”. Así es,
efectivamente: un escaparate donde grandes capitales privados compran, venden,
especulan y hacen negocio con nuestras necesidades más básicas. En ese sentido,
los sectores sanitario y socio-sanitario ofrecen grandes oportunidades para la
inversión y los poderes políticos y económicos se necesitan mutuamente para
propiciarla y cerrar acuerdos. Es lo que se ha venido a llamar colaboración
público-privada, eso donde la presidenta del Grupo Quirón (Pilar Muro) salta a fichaje
estrella de Ciudadanos-Aragón.
La conclusión es
muy clara: la lógica del beneficio no puede estar por encima de la salud de las
personas. Evitarlo está en manos de una lucha decidida de trabajadores/as y vecinos/as
unidos por la defensa de la sanidad pública y contra su privatización. Desde la
Plataforma Contra la Privatización de la Sanidad Pública en Aragón nos oponemos
a la construcción de este hospital y a cualquier tipo de mercantilización de la
sanidad pública, y hacemos un llamamiento para, en cuanto las condiciones
sanitarias lo permitan, salir a la calle a exigir que no sigan pisoteando
nuestros derechos.
21 de mayo de
2020
Plataforma
Contra la Privatización de la Sanidad de Argón