miércoles, 8 de mayo de 2013

La jubilación forzosa de médicos afectará a 44 jefes de servicio y a 76 de sección

El Gobierno de Aragón tiene previsto, mediante el nuevo plan de reordenación de recursos humanos del Salud, forzar la jubilación de 2.368 profesionales del sector público sanitario desde este año hasta 2017. En total serán 581 médicos los que se verán afectados por esta medida, que solo en 2013 obligará a 88 doctores aragoneses mayores de 65 años a colgar la bata y dedicarse a otros menesteres.

La cifra se irá incrementando durante los cursos posteriores: 93 jubilaciones en 2014, hasta 114 en el año 2015, un total de 139 en 2016 y, finalmente, 147 a lo largo de 2017. Dentro de este grupo de 581 trabajadores se encuentran diferentes categorías profesionales. Hasta 44 corresponden a jefes de servicio y 76 a jefes de sección, profesionales que han dedicado toda su dilatada trayectoria a un área concreta y que en muchos casos se tratan de auténticas eminencias que aportan la experiencia tan necesaria en el sector sanitario.


Labor docente
Su inminente salida no ha sentado bien entre la comunidad médica. Así lo explica Lorenzo Arracó, secretario general del Sindicato de Médicos de Aragón: "Supondrá una pérdida directa de calidad y de conocimiento. Es gente que ha formado a muchos profesionales y que sigue formando, a pesar de que el departamente de Sanidad al presentar el plan hablara de la entrada de jóvenes profesionales como un paso hacia la implementación de las nuevas tecnologías. Es una falacia, en realidad son estos profesionales los que enseñan a los jóvenes a usar la tecnología".

"No supone -añade Arracó- más que una descapitalización brusca de la sanidad, una pérdida directa de conocimiento y calidad asistencial. La combinación y compensación entre veteranía y juventud es lo que da buenos resultados en los equipos humanos, sobre todo en un ámbito en el que la experiencia tiene un valor fundamental".

Además, según denuncia el representante sindical, "la oferta pública de empleo anunciada (184 puestos de trabajo en dos años) no supondrá la creación real de empleo, ya que en realidad se trata de las ofertas aprobadas y todavía no ejecutadas de 2010 y 2011. No solo no se cubrirán los puestos, sino que previsiblemente se acabará reduciendo el personal", concluye Arracó.

¿Adiós a la especialización?

José Ramón Valdizán ocupó durante años el cargo de jefe de Neurofisiología Clínica del Hospital Miguel Servet. Actualmente es consultor de la Unidad de Trastornos Neurofuncionales y Síndromes Neurológicos de la Clínica Montpellier de Zaragoza, después de ser jubilado a la fuerza a los 70 años. Tras su marcha, hace más de un año, el servicio de Neuropediatría del Infantil acumula retrasos de más de 7 meses, y ha tenido que ser reorganizado para asumir los 1.400 pacientes que atendía este médico.

"Tenía que haber un giro en la sanidad pública, pero no bajo criterios economicistas -asegura Valdizán-. La neurofisiología clínica no existía como especialidad en España, tan solo en cuatro países de Europa. Aquí se han creado especialidades y esa es una de las razones del éxito del sistema público español, la especialización. Pero esto va a ir desapareciendo y se va a quedar en una atención bastante limitada".

"Pertenezco a una generación que ha creado el sistema público de salud más importante de España. Tenemos que preguntarnos en qué hemos fallado para que esto se haya ido desmontando de una forma tan rápida. Quizá no hemos presionado para que la Constitución recogiera un sistema de salud como el que teníamos. Creo que nos hemos perdido en el optimismo de avanzar y de crear", finaliza el experto.